Investigadora CeBiB y su nueva etapa como académica: “Aspiro a consolidar una línea de investigación en biotecnología de alimentos que aborde desafíos reales”
- Comunicaciones Cebib

- Aug 8
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La doctora Catalina Landeta, recientemente incorporada como profesora asistente en el Departamento de Ciencia de los Alimentos y Tecnología Química de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, ha desarrollado una trayectoria sólida en investigación científica aplicada, con énfasis en bioproductos derivados de biomasa marina y en la obtención de ingredientes funcionales desde microorganismos. Es cofundadora de la startup Mycoseaweed Tech y ha liderado iniciativas para desarrollar proteínas sustentables y saludables.
Gran parte de su formación doctoral y postdoctoral se ha desarrollado en el Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB), espacio que, según comenta, ha sido clave para consolidar su vocación científica. En esta entrevista, repasa su paso por el Centro, aborda los desafíos de las investigadoras jóvenes, y proyecta su línea de investigación desde la academia.

Docencia e investigación con impacto
¿Qué te motivó a asumir este nuevo desafío académico en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas?
Asumir este rol en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile representa una enorme responsabilidad y, al mismo tiempo, una oportunidad profundamente significativa en mi carrera académica. Esta Facultad no solo es un referente nacional e internacional en investigación, innovación y formación de excelencia, sino que también promueve un enfoque interdisciplinario que valoro enormemente. Esto es crucial, especialmente en áreas como la tecnología de alimentos, la microbiología aplicada y la ciencia de ingredientes funcionales, que son el núcleo de mi línea de investigación. Mi motivación principal es contribuir activamente al fortalecimiento de la investigación científica desde una mirada innovadora y sostenible, así como formar y motivar a futuras generaciones de profesionales comprometidos con los desafíos del país. Además, me identifico plenamente con el compromiso de la Universidad con la equidad, la calidad de la docencia y la vinculación con el entorno, aspectos que guían tanto mi quehacer académico como mis proyectos de innovación biotecnológica.
¿Cómo proyectas tu aporte a temas como la sostenibilidad, las proteínas alternativas o la economía circular desde tu rol en una universidad pública?
Desde mi rol en una universidad pública, proyecto mi aporte de varias maneras. Mi expectativa principal es contribuir activamente al fortalecimiento de la docencia, investigación y vinculación con el medio desde una mirada innovadora y sustentable. Aspiro a consolidar una línea de investigación en biotecnología de alimentos que aborde desafíos reales, como la producción de ingredientes funcionales y proteínas alternativas para una alimentación saludable y sostenible, contribuyendo a enfrentar uno de los problemas más urgentes de nuestra sociedad: alimentar de forma responsable a una población en crecimiento. Mi trabajo en Mycoseaweed SPA, una FoodTech enfocada en bioproductos de alto valor a partir de algas marinas, es un ejemplo concreto de cómo la investigación puede traducirse en soluciones comerciales viables que promueven la sostenibilidad y la economía circular.
¿Qué importancia le das al trabajo interdisciplinario y colaborativo en tu quehacer actual? ¿Hay experiencias de CeBiB que hoy aplicas?
Le doy una importancia fundamental al trabajo interdisciplinario y colaborativo. La Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas promueve un enfoque interdisciplinario que valoro profundamente. Mi experiencia en CeBiB, donde aprendí a articular conceptos científicos con principios de ingeniería, fue clave para entender que solo a través de la colaboración entre diversas disciplinas podemos generar soluciones verdaderamente innovadoras y sostenibles para los desafíos globales. Actualmente, aplico esta visión en mis proyectos de investigación, donde colaboro con equipos internacionales de universidades en Italia, Países Bajos, España y Brasil, así como con universidades nacionales como la USACH, PUCV y la Universidad de Magallanes, y con institutos nacionales como CGNA de la Araucanía, y el Instituto Melisa de Temuco. Esta capacidad para trabajar eficazmente con equipos multidisciplinarios, tanto a nivel nacional como internacional, es una habilidad que considero esencial y que he cultivado a lo largo de mi carrera.
Formación, trayectoria y vinculación con CeBiB

¿Qué aprendizajes o herramientas te dejó tu paso por CeBiB durante tu formación doctoral (y etapa posterior), y cómo influyeron en tu perfil como investigadora?
Mi paso por Centro, especialmente durante mi doctorado fue fundamental. Allí descubrí la importancia de articular los conceptos científicos con los principios de la ingeniería para desarrollar soluciones inspiradas en la naturaleza que aporten al bienestar social y ambiental. Esta etapa fue clave para consolidar mi vocación investigadora y reafirmar mi compromiso con la ciencia aplicada y la formación de profesionales capaces de generar impacto. Además de mi doctorado, realicé dos postdoctorados en CeBiB: el Proyecto FONDEF "Diseño e implementación de plataforma de software y modelos matemáticos para diseñar y optimizar procesos continuos sustentables de cascadas de membranas para purificar fracciones polifenólicas (antocianinas) comercialmente valiosas desde maqui", y el Proyecto FONDECYT Postdoctorado "Producción de una nueva proteína alternativa con propiedades prebióticas y compuestos bioactivos a través de un proceso de bioconversión de algas marinas por un consorcio artificial de hongos filamentosos". Las herramientas de análisis de caracterización química, proteómica y metabolómica que utilicé en estos proyectos postdoctorales, son un claro legado de esa formación rigurosa.
¿Sigues vinculada a CeBiB o colaborando con alguno de sus grupos de investigación?
Sí, sigo siendo investigadora del Centro. El CeBiB tiene como objetivo realizar investigaciones de vanguardia en biotecnología y bioingeniería, desarrollando modelos de importantes sistemas biológicos con un enfoque de bioingeniería moderna y biotecnología de sistemas. Actualmente, trabajo en el equipo de investigación de la profesora María Elena Lienqueo, en su línea de investigación de biorrefinería de algas marinas. Lo que actualmente hago dentro de esta línea se centra en desarrollar una nueva proteína alternativa de alto valor nutricional, a partir de macroalgas chilenas. Logramos esto superando barreras tecnológicas mediante la bioconversión o fermentación con un consorcio artificial de hongos filamentosos, ofreciendo una solución sostenible y saludable para la seguridad alimentaria global. Este proyecto genera nuevo conocimiento científico mediante el desarrollo de una innovadora proteína alternativa, una micoproteína disruptiva, obtenida por bioconversión fúngica de macroalgas chilenas, destacando por sus propiedades prebióticas y compuestos bioactivos.
¿Qué rol crees que pueden jugar centros como CeBiB en fortalecer el vínculo entre universidad, ciencia e industria?
Centros como CeBiB juegan un rol crucial en fortalecer el vínculo entre universidad, ciencia e industria. Son plataformas que facilitan la investigación de vanguardia y la transferencia tecnológica, actuando como puentes entre el conocimiento científico y su aplicación práctica en el sector productivo. Al fomentar la colaboración interdisciplinaria y la vinculación con el medio, estos centros permiten que las innovaciones desarrolladas en la academia lleguen a la industria, generando soluciones a desafíos reales y contribuyendo al desarrollo económico y social. Mi propia experiencia con Mycoseaweed y el interés de diversas empresas en nuestra proteína alternativa, demuestran el potencial de esta conexión, que centros como CeBiB están diseñados para catalizar.
Proyección y mensaje a nuevas generaciones
¿Qué desafíos observas para las investigadoras jóvenes que desean desarrollarse en áreas STEM o en ciencia aplicada?
Para las investigadoras jóvenes en áreas STEM y ciencia aplicada, observo desafíos relacionados con la necesidad de construir espacios inclusivos y encontrar referentes. A menudo, la falta de modelos a seguir visibles y las barreras de género pueden dificultar su camino. Mi deseo es precisamente aportar a la construcción de estos espacios dentro de la academia, donde niñas y jóvenes encuentren referentes y caminos que las impulsen a desarrollar sus propios proyectos profesionales y tecnológicos. Es crucial fomentar un ambiente que celebre la diversidad y proporcione el apoyo necesario para que superen cualquier obstáculo y alcancen su máximo potencial.
¿Qué te gustaría lograr en esta nueva etapa profesional y qué mensaje dejarías a quienes están comenzando un camino similar al tuyo en la ciencia?
En esta nueva etapa profesional, mi principal objetivo es consolidar una línea de investigación en biotecnología de alimentos. Me enfoco en abordar desafíos cruciales, como la producción de ingredientes funcionales y proteínas alternativas, obtenidos a partir de procesos biotecnológicos, para una alimentación saludable y sostenible. Esto contribuirá directamente a enfrentar uno de los problemas más urgentes de nuestra sociedad: alimentar de forma responsable a una población en crecimiento. Además, aspiro a formar ingenieras e ingenieros en Alimentos con una visión crítica, interdisciplinaria e innovadora, que integren una sólida base científica con aplicaciones prácticas de alto impacto en la industria, la salud y el medioambiente.
Mi mensaje para quienes están comenzando un camino similar en la ciencia es que sigan su curiosidad y pasión. Mi interés por la investigación nació muy temprano, trabajando con microorganismos y su enorme potencial biotecnológico. La ciencia es un camino de aprendizaje continuo y de impacto. Sean perseverantes, busquen la colaboración interdisciplinaria y no teman transformar el conocimiento científico en soluciones que aporten al bienestar social y ambiental. El camino puede tener desafíos, pero la capacidad de generar un impacto positivo en el mundo es una de las mayores recompensas.









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