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Proyecto en Antofagasta se adjudica fondo regional para transformar la salmuera de plantas desaladoras en biotecnología de vanguardia

  • Writer: Comunicaciones  Cebib
    Comunicaciones Cebib
  • Oct 17
  • 3 min read

La Universidad de Antofagasta junto al Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) lideran  una innovadora iniciativa financiada por el Gobierno Regional de Antofagasta que utiliza microorganismos del desierto para convertir el residuo de plantas desaladoras en compuestos de alto valor para las industrias alimenticia, farmacéutica y cosmética.


Según el Catastro 2025 de la Asociación Chilena de Desalinización y Reúso (ACADES), actualmente operan en Chile 24 plantas desaladoras de agua de mar, con una capacidad total de 10.583 litros por segundo (L/s). La Región de Antofagasta concentra el 66,6% de esa capacidad, con 13 plantas que en conjunto producen 7.055 L/s, abasteciendo principalmente a la gran minería, pero también a usuarios industriales y al consumo domiciliario. Este nivel de infraestructura convierte a la región en un escenario estratégico para el desarrollo de soluciones que aprovechen subproductos como la salmuera, y abre la puerta a iniciativas de economía circular.


En este contexto, la Universidad de Antofagasta y el Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) lideran un innovador proyecto que busca convertir un residuo industrial en una fuente de compuestos de alto valor para las industrias alimenticia, cosmética y farmacéutica. La iniciativa, financiada por el Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo (FRPD 2025) del Gobierno Regional de Antofagasta, propone valorizar la salmuera residual generada por la planta desaladora de Aguas Antofagasta, entidad colaboradora del proyecto, como medio de cultivo para haloarqueas extremófilas nativas del Desierto de Atacama. Estas arqueas —microorganismos que prosperan en condiciones de alta salinidad— producen carotenoides como la bacterioruberina y éter-lípidos, compuestos con propiedades antioxidantes, fotoprotectoras y potencial para el desarrollo de nanomedicinas.

Planta Desaladora Norte de Antofagasta. Fuente:https://wwwprod.aguasantofagasta.cl/desalacion/
Planta Desaladora Norte de Antofagasta. Fuente:https://wwwprod.aguasantofagasta.cl/desalacion/

“Las arqueas, específicamente los microorganismos adaptados a vivir en altas concentraciones de salproducen carotenoides y, en particular, muy valorado actualmente: bacterioruberina, compuesto que tiene 50 átomos de carbono con capacidad antioxidante mucho mayor a otros carotenoides y que también están bien valorados en la industria alimenticia, cosmética, farmacéutica”, explicó Lidia Zúñiga Cóndor, directora del proyecto. “Además de bacterioruberina, vamos a producir éter-lípidos, compuestos constitutivos de las membranas de las arqueas que les confiere la capacidad de resistir a condiciones extremas. Y para nosotros es muy interesante para la formulación de liposomas, ampliamente utilizados en nanomedicina para la entrega dirigida de medicamentos”, agregó la doctora Zúñiga. Actualmente, la planta desaladora de Antofagasta genera alrededor de 1.700 L/s de salmuera, que se devuelve al mar de forma controlada para reducir su impacto ambiental. Sin embargo, como subraya Zúñiga, “toda intervención humana puede alterar el ecosistema. Reutilizar este residuo fomenta la economía circular y permite convertir un residuo ambiental en un insumo para la productividad”. 


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El equipo reúne a investigadores de la Universidad de Antofagasta, la Universidad de Chile y la Universidad de Talca, entre ellos el profesor Benito Gómez Silva, investigador principal de CeBiB; Claudia Vilo, subdirectora del proyecto; Francisca Fábrega y Nataly Flores, estudiantes de doctorado de CeBiB; y Matías Chacana y Valeria Flores, tesistas de pregrado de CeBiB. Desde la Universidad de Antofagasta, se suman además los tesistas Silvia Vivanco Pinto y Jordan Zepeda Alegre. También participan investigadores principales del Centro Basal CeBiB, el Dr. Asenjo y la Dra. Andrews, además de los doctores Cristian Vilo y Genaro García Huidobro de la Universidad de Talca. La iniciativa busca fortalecer capacidades locales mediante la formación de capital humano avanzado y la articulación con liceos técnicos y actores del ecosistema regional de innovación.


El proyecto tendrá una duración de dos años y los resultados esperados incluyen el desarrollo de un medio de cultivo formulado en base a salmuera, protocolos de producción y purificación de compuestos bioactivos, y la formulación de liposomas con potencial uso en nanomedicina. El equipo proyecta la creación de una startup que permita escalar esta producción y diversificar la economía regional al término del proyecto. La doctora Zúñiga destacó el aporte del CeBiB: “El Centro ha sido fundamental en esta trayectoria. En 2018 me incorporé al grupo para poder identificar aplicaciones biomédicas de los metabolitos o compuestos que producen estas arqueas. Este proyecto es el resultado de años de trabajo colaborativo, y todo lo que hemos avanzado ha sido financiado por CeBiB. Por otra parte, los workshops que realiza el Centro todos los años nos abren la mente y nos inspiran para seguir avanzando. Para nosotros el Centro fue clave para diseñar este proyecto y logar el apoyo de las autoridades regionales”.

 

Además del impacto científico y productivo, la iniciativa representa un paso hacia la economía circular al dar un uso sostenible a un residuo industrial de alto volumen y se espera que esta iniciativa siente las bases para futuros desarrollos a mayor escala en Chile y otros países que enfrentan desafíos similares. “Creemos que los resultados de este proyecto serán un punto de partida para que esto pueda ser realidad en distintas regiones y países, porque hay muchas plantas desaladoras de agua a nivel mundial” concluyó la investigadora.




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